Páginas

1 jun 2012

Caudal

(La fuerza del río)

Llueve.

El alma suspira
la encierro para no escuchar,
la escondo para no herir
y me escapo para no dar lugar a la lucha.

Ya no.

El mundo se paraliza
y yo con él.
Junto a mi voz
mueren mis fuerzas.

Lo que allí estuvo no está
y dudo por un instante al intentar desprenderme
de lo que guardé:

El lugar donde estoy
las palabras (benditas en su expresión al tiempo justo)
el dolor que nos encontró a la medianoche,
los inviernos que me inspiran
el calor
las comidas hechas con tanto amor
la fotografía lograda
los escondites
la música que todo lo une y nada destruye
el sexo sublime y la pura mirada después de el
la desnudez
el deseo exagerado
la caricia reparadora
los abrazos invencibles. Tu nombre. El Todo.

Encendiendo el fuego apago la tarde
pensando que hoy  (y  siempre)
es mejor contemplar la fuerza de esta lluvia
y dejar que el caudal arrastre lo que no dejé ir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Muchas gracias por comentar.