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Poesías


Palabras pájaro

Cuando se vuelven pájaro las palabras que te mando
es cuando yo me vuelvo aire y no me ves,
y los pájaros vuelan
siempre vuelan
y a veces no regresan
y a veces ninguna mano se extiende
y mueren en el aire sin que nadie los extrañe.
Los pájaros palabra son las formas
en las que moldeo la nada que ofrezco.
pero a veces
solo a veces
Apareces vos,
Tan de golpes y desarraigos
Tan de rock y rechazos.


Apareces solo a veces con tu boca extendida
con tu noche dormida
medias corridas,
las levantas despacio y les hablas al contorno
y te escuchan atentas aun sin entender mucho
y te creen estirando lágrimas con la primera vocal
y se quedan tranquilas y no tiemblas ya.
Vos les haces gestos y sonríen
Ya no esconden la cara
Ya no les queman las alas…


Y después las dejás
Ahí,
sin que nadie vea
y se van envejeciendo como una calle de otro
y se van muriendo como la muerte propia…
les haces el silencio correspondiente
y las palabras pájaro que miran sin lentes
sin pretendientes
sin martes ni jueves
levantan la espera, ciñen los dientes…


Las palabras pájaro se conocen entre ellas,
se saben merecedoras de ningún sacrificio,
saben entre sus acentos que nadie quiere recordarlas
que no serán sonido ni imagen en la posteridad.
Que no tienen ojos que les sonrían de lado,
que no son sobre, recuerdo ni pasado.


Por eso las palabras pájaro vuelan de frente contra el vidrio
sin paraguas ni artificios
por eso sangran al no encontrarte
perdidas de vos, sin vocación, sin oficio…










Mirada (en viaje al jardín)


Tucumán
primer viaje del mes.

Logro vislumbrar en el lejísimo,
difundiéndose entre las perezas de luz de la tarde
lo que alguna vez fue tu panacea
hoy concreto herido
y abandonado a tus propias inclemencias.

Chatarras oxidadas
símbolo visual del olvido
estación vacía, longeva como tu esperanza
un tren que jamás llegara
entre andenes teñidos de desidia.

Casas apuntaladas al igual que tus endebles anhelos
las consecuencias banales
de los que buscaron en su ensaña
imponerte al precio de la vida
el desprecio al sudor de miles

La destrucción en pos de un progreso de cotillón
la soberbia del poder  al servicio de excelentísimos
señores, jefes,  padres, hijos y nietos de la usura
-los de ayer y los de hoy-
con el avasallamiento a tus pueblos en el seño.

Aunque mis primeros pasos no te pertenezcan
me diste desde el principio el cobijo en mi urgencia
la enseñanza de la sabia, ofrenda natural de tu tierra noble
el calor en el poncho de tu madre, ángel que ahora canta en tu misma luna
el amor de tus hijas, tan puro como el primero.
el mío.

Ya soy más que tuyo.

Aún hoy
con tus miles de contradicciones
renuevo el grito de aquellos
que quedaron en el camino
qajo la alquimia demoníaca
de las palabras "progreso
modernización y trabajo"
hechas saqueo hambre y pobreza.

Los que quedaron solos
resquebrajándose en pueblos fantasmas
como el leño que no supo esperar
aguardando de la vida menos que de si
sin saber si quiera si algo valió la pena.

Ahí estarán.

Aquí estoy
para no dar paso al olvido.

(Y el viaje continuó)








Náufragos

Somos dos y el peso de una distancia,
náufragos con rumbo en el oleaje del deseo.







Ahogarse. 








Batalla


No desesperes,

aún no he derribado mis miedos.
Déjame a merced
de la batalla que libré.

¿Saldré airoso al final?







Sala de espera


(Un escenario de desesperación
mi pequeña eternidad de martirio)

Sala de espera:

Una sexagenaria expira constantemente los quejidos
de una vida apagada (típica de estos escenarios).
Me preguntan la hora,
irónicamente respondo mirando el reloj de pared
con los parpados caídos y una mueca digna de Marceau.

Al televisor parecen quedarle pocos días de vida útil
los infernales chillidos del consultorio
y los impacientes movimientos de pies
no hacen más que provocar mi paciencia guerrera.

Observo con curiosidad  y nerviosismo
las revisiones inútiles de bolsos,
como buscando encontrar o darse cuenta
de haber olvidado algo.

Comienzo a desesperar.

Las flores de plástico,
los cuadros escogidos al azar para cubrir la grieta
(mandando a la mierda el arte de la pintura)
todo parece hecho a propósito
cada detalle
y yo en en medio.

Cuando al final las paredes espinadas
comienzan a achicarse
y mi claustrofobia virgen entra en acción.


Redención.



Mi nombre.








Caudal

(Lo que arrastra el río)

Llueve.

El alma suspira
la encierro para no escuchar,
la escondo para no herir
y me escapo para no dar lugar a la lucha.

Ya no.

El mundo se paraliza
y yo con él.
Con mi voz
se paralizan mis fuerzas.

Lo que allí estuvo no está
y dudo por un instante al intentar desprenderme
de lo que guardé:

El lugar donde estoy
las palabras (benditas en su expresión al tiempo justo)
el dolor que nos encontró a la medianoche,
los inviernos que me inspiran
el calor
las comidas hechas con tanto amor
la fotografía lograda
los escondites
la música que todo lo une y nada destruye
el sexo sublime y la pura mirada después de el
la desnudez
el deseo exagerado
la caricia reparadora
los abrazos invencibles. Tu nombre. El Todo.

Encendiendo el fuego apago la tarde
pensando que hoy  (y  siempre)
es mejor contemplar la fuerza de esta lluvia
y dejar que el caudal arrastre lo que no dejé ir.