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3 jun 2012

Sala de espera


(Un escenario de desesperación
mi pequeña eternidad de martirio)

Sala de espera:

Una sexagenaria expira constantemente los quejidos
de una vida apagada (típica de estos escenarios).
Me preguntan la hora,
irónicamente respondo mirando el reloj de pared
con los parpados caídos y una mueca digna de Marceau.

Al televisor parecen quedarle pocos días de vida útil
los infernales chillidos del consultorio
y los impacientes movimientos de pies
no hacen más que provocar mi paciencia guerrera.

Observo con curiosidad  y nerviosismo
las revisiones inútiles de bolsos,
como buscando encontrar o darse cuenta
de haber olvidado algo.

Comienzo a desesperar.

Las flores de plástico,
los cuadros escogidos al azar para cubrir la grieta
(mandando a la mierda el arte de la pintura)
todo parece hecho a propósito
cada detalle
y yo en en medio.

Cuando al final las paredes espinadas
comienzan a achicarse
y mi claustrofobia virgen entra en acción.


Redención.



Mi nombre.

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